Ganadores y perdedores
Mauricio Montenegro
En 1951, Elia Kazan dirigió la inolvidable versión para el cine de Un tranvía llamado deseo, la obra que Tennessee Williams escribió tres años atrás. En la película, Vivien Leigh (entonces de 38 años) hizo el indiscutible papel de su vida: Blanche Dubois, por el que ganó el Oscar a mejor actriz y su consagración definitiva como una de las grandes actrices de la historia del cine. De hecho, este fue su segundo Oscar como mejor actriz, un honor compartido únicamente con Ingrid Bergman y Meryl Streep. A sus 26 años Leigh ya había interpretado a Scarlett O’Hara en Lo que el viento se llevó, otro clásico.
Ahora, en 2013, Cate Blanchett (a sus 44 años) tiene grandes posibilidades de llevarse su primer Oscar por un papel protagónico. Blanchett ya ha sido nominada dos veces, y no precisamente por sus mejores papeles; estoy pensando en I’m not there, Veronica Guerin o Notes on a scandal, para nombrar sólo tres. Lo interesante es que ganaría el premio gracias a su interpretación de una moderna Blanche Dubois: Jasmine French. Medio siglo después de Kazan, el incansable talento narrativo de Woody Allen imaginó una historia sobre la crisis financiera de Wall Street en 2008, Blue Jasmine, dibujada sobre el guion de Un tranvía llamado deseo. Y, desde ya, es también un clásico.