Gangs of New York: entre las historias y la Historia
David García
Pocas cosas tan enrevesadas y apasionantes como la historia de Estados Unidos, y no es casualidad que el cine haya sido, y siga siendo, una de la mejores formas de contarla y representarla; bueno, el cine y la literatura, pero es bien conocida la relación de vieja data entre Hollywood y muchos (grandes) escritores y sus novelas. Sin duda, la idea de que “la historia de los Estados Unidos es de película”, lejos de ser entendida de manera meramente retórica, ha sido tomada al pie de la letra por algunos de los más destacables directores norteamericanos del siglo XX. Martin Scorsese es uno de ellos, y es, seguramente, el director vivo que más se ha interesado y obsesionado con los personajes, las historias y las empresas que hicieron Estados Unidos. Enfocando sujetos y lugares diferentes pero que comparten un vínculo histórico innegable, desde los años 1970 ha dedicado al menos una decena de sus películas al tema. Algunas de ellas: Mean Streets (1973), Taxi Driver (1976), New York, New York (1977), Raging Bull (1980), The Color of Money (1986), Goodfellas (1990), The Age of Inoccence (1993), Casino (1995) y Gangs of New York (2002). Asimismo, ha dirigido y producido series de televisión (Boardwalk Empire, 2009, o The Blues, 2003) y documentales sobre figuras como Michael Jackson (1995), Bob Dylan (2005) o Frank Sinatra (2013), que se fijaron de manera indeleble en la historia cultural del país del norte; lo único que no ha hecho, se dirá, es un western, pero bien pensado varias de sus películas cuentan con su propia versión del “viejo oeste” e inéditos cowboys de ciudad grande.